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Cada día nuevos problemas sociales aparecen en el horizonte de la sociedad dominicana, ya de por sí problematizada. Existe la creencia de que muchos de estos problemas tienen sus raíces en el debilitamiento de nuestro sistema educativo pues, se argumenta, una población educada serviría de muro de contención a muchos de los comportamientos socialmente no deseados que hoy caracterizan tanto a nuestros jóvenes como a muchos adultos.
Ante el incremento de estos problemas se suele dirigir la mirada a la escuela para exigirle que asuma el papel de remediarlos. Pocas veces, sin embargo, junto a la demanda cada vez mayor que recibe de todos los sectores, la escuela dominicana recibe el apoyo que necesita para responder a las mismas.
Parecería que delegar en la escuela la responsabilidad de buscarle solución a los problemas de comportamiento social que aqueja a nuestra sociedad es una forma de evadir la responsabilidad que como personas o como grupos tenemos de contribuir a esta solución.
La educación en cualquier sociedad es una responsabilidad de todos. La escuela juega un papel importante pero ella sola no puede asumir esa responsabilidad. Es necesario que se unan todos los sectores, comenzando por la familia.
En una sociedad en la que esta institución se ha debilitado considerablemente y en la que un gran número de niños crece sin el apoyo de un núcleo familiar sólido y consolidado, se hace necesario que la sociedad, a través de sus órganos de dirección, defina políticas orientadas a ofrecer apoyo a este contingente de niños, niñas y jóvenes que carecen del entorno familiar necesario para tener un desarrollo apropiado.
El compromiso asumido por el sector empresarial durante el Foro Presidencial por la Excelencia de la Educación proponiendo la formulación de un Pacto Social por la Excelencia de la Educación y el Plan Decenal en el que se han empeñado las instituciones públicas responsables del sistema educativo nacional, son indicaciones claras de que las fuerzas sociales del país están conscientes del peligro que es para la salud de nuestra sociedad el no darle a la educación el apoyo que necesita.
La conciencia cada vez mayor de lo importante que es la educación en la construcción de nuestro futuro, el convencimiento de que esta tarea no es una tarea que incumbe exclusivamente al gobierno, y la proximidad de una campaña electoral, son condiciones oportunas para que la sociedad dominicana reflexione sobre el compromiso que tiene que asumir para lograr la mejora de nuestro sistema educativo.
Para lograr los cambios del sistema educativo nacional que conduzcan a una educación de calidad para todos es necesario que ésta se convierta en una prioridad presupuestaria y que las mejores mentes de nuestro país se dediquen con ahínco a promover mejoras a todos los niveles del sistema que garanticen los resultados esperados.
En esta tarea todos estamos convocados pues es responsabilidad de todos, no sólo del maestro, lograr una escuela de calidad.
Las reformas educativas de los últimos 40 años han hecho posible ciertos avances pero las deficiencias en su aplicación no han permitido el logro de los objetivos establecidos.
Debemos empeñarnos en que la nueva ola de reforma educativa que emprendamos sea exitosa.
Radhamés Mejía es educador
Radhamés Mejía es educador
Saludos
Rodrigo González Fernández
Renato Sánchez 3586 of. 10
Telefono: 2084334- 5839786
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