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EFE -
Organizaciones ambientalistas, campesinas e internacionales pidieron hoy al Gobierno de México iniciar un debate sobre la política bioenergética que no afecte la soberanía alimentaria y que ayude a mitigar el cambio climático.
"No existe un debate, mucho menos una política de Estado en la que se prevea dejar de lado el petróleo como energía. Queremos que se estudien las mejores opciones de energías renovables y que no sea solo a costa de biocombustibles de maíz", señaló en rueda de prensa Susana Cruickshank, dirigente de Oxfam-Internacional.
Representantes de algunas organizaciones valoraron el veto del presidente de México, Felipe Calderón, a la Ley de Promoción y Desarrollo de los Bioenergéticos, que permitía la producción de etanol con base en el maíz y la caña de azúcar.
Miembros de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras del Campo (ANEC), del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cedam), de Greenpeace y de la Fundación Heinrich Böll, valoraron la decisión presidencial.
Calderón vetó el 1 de septiembre el proyecto de decreto de la nueva Ley, aprobado por la Cámara de Diputados en abril pasado, con el argumento de que estaba orientado a la producción de bioenergéticos a partir de unos cuantos cultivos sin promover el desarrollo de nuevas tecnologías.
"Aplaudimos el veto presidencial", indicó Katya Pérez, integrante del CEDAM.
Y agregó: "pero reclamamos una política integral en la que no solo se vislumbre el desarrollo de biocombustibles a partir del etanol de maíz, sino que contemple la transición energética del país para no depender del petróleo y buscar alternativas con energías renovables".
Los representantes de dichas organizaciones criticaron, sin embargo, al gobierno de Calderón por limitar su propuesta a la generación de combustibles biológicos con el fin de reducir gases contaminantes generados por vehículos automotores.
"Los biocombustibles son solo una pequeña necesidad en la reforma energética que requiere México, hay que pensar en desincentivar el uso del automóvil, en despetrolizar la economía e incorporar energías como la solar y la eólica", detalló Gustavo Ampugnani, director de campañas de Greenpeace.
Además, las autoridades de México deben fomentar el uso de energías renovables porque las reservas de petróleo se terminarán en una década, advirtió Jorge Villarreal, coordinador de proyectos de la Fundación Heinrich Böll.
"Debemos generar un portafolios con las opciones que tenemos: energía solar, eólica, biomasa forestal y alternativas de generación eléctrica, todo ello sin poner en riesgo la producción alimentaria de la población y mitigando el costo ambiental", subrayó Villarreal.
Anunciaron que a partir de ahora las organizaciones que representan sumarán esfuerzos para presionar al gobierno mexicano a generar el "necesario debate" de estos asuntos que hasta el momento "no ha existido".
En México, donde se importan unas seis millones de toneladas de maíz al año, a pesar de ser el cuarto productor mundial de ese grano, hasta el momento no se produce ningún tipo de etanol de origen natural.
No obstante, a finales de junio pasado se anunció la construcción de dos plantas en los norteños estados de Nuevo León y Sonora, con una capacidad combinada para producir 1,3 millones de litros de etanol a base de remolacha tropical y sorgo dulce.
Rodrigo González Fernández
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