Roberto Cañas,
En las democracias el mandante confía a unas personas su representación para la administración del aparato del Estado (los mandatarios), esto es de la esencia de la democracia representativa. Se manda para obedecer al pueblo. Pues el poder reside en el soberano, quien delega en los gobernantes, la administración de los bienes y asuntos del Estado.
Vivimos una situación nueva, en que vamos a pasar de una participación ciudadana en política, reducida a votar cada tres o cinco años, a una participación ciudadana que tiene como eje articulador la participación activa en los asuntos públicos de todos-as; se está cerrando un ciclo político y se está abriendo otro.
Se debe trabajar rápidamente en una Política Nacional de Participación Ciudadana pensada como un conjunto de acciones destinadas a hacer efectiva la participación de la población en los asuntos públicos. La población debe tener acceso a las decisiones del gobierno. Los ciudadanos-as deben de estar presentes en los procesos de análisis, diseño, decisión, elaboración, ejecución de las acciones del gobierno.
En una situación en la que estamos sintiendo cada vez con más fuerza el impacto de la crisis económica los caminos de la solución a los problemas del país pasan todos por un punto: la participación de la población como condición de gobernabilidad y base de la legitimidad del gobierno.
Se debe gobernar de abajo arriba y de frente, sin desconectarse de quien votó por el cambio. Hay que trabajar por el bienestar general, y favorecer, a los sectores populares empobrecidos y excluidos, apropiarse de la opción preferencial por los pobres, y continuar desarrollando una participación activa de todos los sectores.
No se deben escatimar esfuerzos en el desarrollo de las relaciones del Poder Ejecutivo con los movimientos populares y los sectores de la sociedad civil: los jóvenes, las mujeres, los sectores profesionales, las organizaciones no gubernamentales, las universidades públicas, privadas y otros sectores; esto será clave para la elaboración de la políticas públicas, el diálogo social no se debe dar por terminado con la consulta ciudadana que permitió la elaboración del programa de gobierno.
El Fortalecimiento de la democracia pasa obligatoriamente por incentivar a la ciudadanía a participar activamente en la construcción de un país mejor, las políticas públicas son más legítimas y eficientes si en su diseño y ejecución cuentan con participación activa de la gente.
De manera inmediata se deben crear condiciones institucionales, procedimientos e instrumentos programáticos y de gestión orientados a incorporar la participación ciudadana en la formulación, ejecución y evaluación de sus políticas públicas, con el fin de institucionalizar prácticas regulares para la inclusión de la ciudadanía.
En la experiencia internacional se pueden encontrar ejemplos de buenas prácticas de participación ciudadana como la instalación de Consejos de Sociedad Civil en los órganos del Estado en Chile, donde estos Consejos están conformados por representantes de organizaciones de la sociedad civil vinculadas o con competencia en los temas específicos de cada ministerio.
También en Chille constituyeron un Comité Interministerial de Participación Ciudadana (CIPAC), integrado por representantes de cada ministerio y servicio público a nivel nacional, con el objetivo de incorporar y dar seguimiento a las agendas sectoriales de participación ciudadana.
En Bolivia se creo un Viceministerio de Coordinación con los Movimientos Sociales y la Sociedad Civil que tiene como objetivo fortalecer las relaciones del Poder Ejecutivo con los movimientos populares y las organizaciones sociales para la resolución de sus demandas a través del diálogo.
Conseguir la consolidación del gobierno supone la búsqueda de consenso y diálogo con las organizaciones y movimientos sociales que hicieron posible el triunfo en las elecciones del 15 de marzo. Supone gobernar de abajo arriba y de frente. Todos estamos autorizados a participar en la construcción de un nuevo El Salvador con justicia social. Todos debemos empoderarnos para vigilar la calidad de los servicios públicos y participar en la formulación de políticas de Estado exigir transparencia y fiscalizar la gestión de los funcionarios-as públicos.
La política de participación ciudadana debe constituirse en una de las cualidades emblemáticas del nuevo gobierno, debe ser un común denominador del conjunto de políticas públicas y una pauta de conducta para los funcionarios-as de las instituciones del gobierno de la esperanza.