Prácticas poco diplomáticas
Domingo, 20 de Agosto de 2006
Enfoques, Economía y Negocios
CARLA SELMAN CALAVARO
Pese a que los índices de corrupción en Chile son los más bajos de Latinoamérica, el comportamiento en materia de infracciones menores resulta menos positivo.
Hacer trampa en las calles de Nueva York puede ser más decidor de lo que uno piensa. Es que infringir las leyes del tránsito se traduciría, más que en una multa, en una radiografía de la corrupción.
Al menos así lo registraron los economistas Raymond Fisman y Edward Miguel, de las Universidades de Columbia y California en Berkeley, respectivamente. En un estudio del National Bureau of Economic Research (NBER) de junio de 2006, demostraron que existe una correlación entre la cantidad de infracciones de tránsito por parte de los diplomáticos y el nivel de corrupción en su país de origen.
Ésta, definida como "el abuso de poder para obtener beneficios personales", calza con la práctica de estacionarse ilegalmente, consigna el análisis, el que además concluye que las naciones que acumulan más partes son las menos amigables hacia Estados Unidos.
Egipto, cuya ciudadanía manifestó la peor percepción hacia el país norteamericano, se ubica en el segundo lugar de los que presentaron más multas (con 139), justo detrás del líder, Kuwait, cuyos embajadores sumaron 246 infracciones.
La ciudad sede de la ONU fue el escenario ideal para este análisis -que se realizó entre 1997 y 2002-, porque reúne a 1.700 diplomáticos. El estudio consideró a representantes de 146 países y reveló que aquellos con menores niveles de corrupción se comportan correctamente. Lo contrario ocurre con los de menor probidad.
Por ejemplo, un funcionario diplomático de un país con muy baja corrupción como Suecia (número 6 en el ranking de Transparencia Internacional), no se estacionará frente a un grifo o donde dice prohibido, simplemente porque no está entre sus costumbres hacerlo. No los inhibe la amenaza de la multa, sino el respeto por los demás.
En el período que considera el estudio, los diplomáticos en Nueva York gozaban de inmunidad en cuanto a las infracciones del tránsito. Esta situación cambió en 2002 por una disposición del gobierno local, y actualmente la ley es pareja para todos. Si se hubieran hecho efectivos los 150 mil partes acumulados en el período, las arcas neoyorkinas habrían recibido US$ 18 millones más. El 43% de las multas fue por autos mal estacionados y el resto, por la expiración de los parquímetros. Reino Unido y Canadá también salieron airosos. Los representantes de estos países, que se encuentran en los lugares 11 y 14 del ranking de Transparencia Internacional, respectivamente, no registraron ni una sola multa en el período considerado. Chile, en tanto, que ostenta el título de ser el país menos corrupto de América Latina, no salió tan bien parado en ranking de los investigadores norteamericanos. Está en el segundo lugar entre los países de la región que fueron más multados. Sólo lo aventajó Brasil, cuyos diplomáticos registran 29 infracciones, mientras que los locales tienen 16 (ver infografía)
Países como Paraguay, Venezuela, México y Argentina, bastante peor ubicados que Chile en los listados de corrupción internacional, resultaron mucho más respetuosos de las leyes del tránsito.
Chad, que es el país más corrupto del mundo según Transparency International, refrenda la teoría de los académicos, pues sus diplomáticos están entre los más multados en Nueva York.
Rodrigo R. González Fernández
Director