 | | DISCURSO DE CAMPAÑA | | | Señor Director:
El último mensaje presidencial -"Informe sobre el Estado Político y Administrativo de la Nación"- no fue propiamente una rendición de cuentas, y ello se entiende puesto que el año transcurrido fue de pocas realizaciones. Pero la ocasión tiene un carácter institucional y lo que se oyó el lunes pasado fue un discurso de campaña. La Presidenta persiste en ser jefa de una coalición de gobierno y no la Jefa del Estado. No aprecia la crítica; pide moderación y concordia pero ¡pasaron apenas 24 horas y ya acusa a la oposición de "torpedear la educación"!
No obstante estar prisionera en la torre de la ortodoxia económica que ella no aprecia, desde allí seguirá siendo la conductora de la izquierda. El mensaje es el producto de un "Segundo Piso" que nos advierte de la intervención electoral que vendrá en las campañas del 2008 y 2009. Prueba de lo anterior es la extemporánea referencia a los negocios y la política, y la reiterada alusión a la prohibición de la selección y del lucro como las piezas centrales de la mejora en educación. La Presidenta le habla a su audiencia, pero excluye a una porción cada vez más grande de la ciudadanía cuando desprecia la labor de la oposición, anuncia un museo habitado por cualquiera salvo una musa, y consagra el aniversario del terrible accidente de Antuco como el día del soldado conscripto.
En suma, estamos desilusionados por un discurso de gruesos acentos ideológicos, aguda nostalgia de realidades superadas y poca generosidad con quienes se dedican desinteresadamente a la política para darle contenido al bien común.
Los Presidentes de Chile han sido, en general, protectores de la unidad nacional. Los que se intoxicaron de ideología condujeron al país a duros fracasos.
Carlos Larraín P.
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Saludos
rodrigo gonzalez fernandez
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Santiago Chile
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