CAPACIDAD DE DIALOGO

LA CAPACIDAD DE DIALOGO DECRECE, ES UN PROBLEMA DE MUCHOS PUEBLOS

 

La capacidad de diálogo, decrece . Y el entendimiento entre las fuerzas políticas y sociales para una actuación conjunta en determinadas materias, se convierte en un simple desiderátum, pese al constante clamor de la sociedad para que se logren acuerdos y consensos entre políticos y gobernantes. El bienestar de los ciudadanos debe primar sobre los intereses partidistas. Con harta frecuencia, ocurre que la lucha política ahoga y silencia la voz de la soberanía popular. La participación del pueblo, esencia de nuestro sistema político, queda reducida y limitada sólo a la posibilidad de votar en los procesos electorales. Por lo que estaríamos restringiendo el régimen de derechos y libertades, la democracia, a los aspectos puramente formales, sustrayéndole al verdadero depositario de la soberanía otras formas de intervención en las cuestiones que le son propias, por el arrogante y prepotente modo de entender la acción política que caracteriza a muchos representantes del pueblo. De suerte que, cuando los políticos y gobernantes desoyen el clamor de los ciudadanos, están menospreciando la base y el fundamento del sistema democrático: al mismo pueblo, que es la razón de ser, causa y origen de dicho sistema político. Y esto, lisa y llanamente, supone una perversión del modelo de convivencia social y política, elegido por los propios ciudadanos.

La ciudadanía rechaza el lenguaje embaucador y engañoso de la mediocridad política y su retórica vacía de contenido. Acepta, en cambio, de buen grado las muestras de fidelidad a los principios y las de lealtad a los electores. Asimismo, valora sobremanera el grado de cumplimiento de las promesas electorales

Lo que es vox populi, no se puede acallar con complicidades, subterfugios o evasivas, sino exponerlo ante la opinión pública con honestidad política, y clarificarlo. Es de justicia y, además, indispensable para lograr el sosiego emocional, social y político en estos momentos de tanta división y enfrentamiento. A nada conducen las incesantes acusaciones en clave de sistemática desautorización de unos políticos a los otros. Tampoco contribuye a resolver esta situación de frenéticas confrontaciones el falso pudor personal de determinados dirigentes políticos, mostrándose excesivamente recelosos a la hora de actuar en favor del esclarecimiento de la verdad y del derecho de la ciudadanía a conocerla.

Estas  son parte de un trabajo mayor  y excelente por cierto de Antonio José Parafita Fraga en xornal.com que pueden seguir  aquí:
http://www.xornal.com/article.php3?sid=20070423115851

SALUDOS CORDIALES
RODRIGO GONZALEZ FERNANDEZ
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