JORDY CASTEL

De figuras y jugadas maestras

 

No será fácil. Prometo aunar todo el profesionalismo adquirido con el tiempo y dar un brochazo grueso de imparcialidad, pero es el momento de hablar de ella.


Si hay una persona que ha sabido navegar, asumir y profitar de sus naufragios, mantenerse vigente a costa de sus intimidades y flirtear con cuanto formato televisivo exista, es la misma mujer pionera del mercado del entretenimiento.


En la madrugada del sábado figurábamos todos alistándonos para los sketches en que íbamos a participar para la Teletón y al entrar vestido de guardia a un camarín, me encuentro de un zopetón con la cabeza de Raquel Argandoña llena de tubos. En su vida había estado tan flaca y hasta el atuendo ridículo de Doña Florinda daba señales de este nuevo momento en su vida profesional. Ya no era necesaria la fusta de la Quintrala, ni los vestidos metálicos con los que apabullaba a la galería en Viña.


Esta cincuentona siempre supo mover estratégicamente las piezas de su juego. Para qué remontarnos al matrimonio más auspiciado de nuestra rasca biografía farandulera, donde Eliseo radiante le tomaba su brazo enfundado en un romántico diseño de Luciano Brancoli. Con balaceras incluidas, la lectura que hacía esta mujer de un metro ochenta en los noticieros de verdades ocultadas como era costumbre en la era Pinochet, se asemejaban más a un desfile de tendencias que al rol elegante que puede cumplir rigurosamente hoy
la Consuelo Saavedra.


Más que generar un debate valórico en un Chile hipócrita, sentó un precedente social al tener hijos sin libreta, como la inmensa cifra de madres en nuestro país.


Su desprecio explícito hacia las ideas de la Concertación, su aventura política y las agarradas de moño donde hasta yo anduve quedándome con mechones en mis manos, han sido escalones perfectamente aprovechados en un momento donde la inmadurez periodística en la que estábamos como país, se encumbraba de nuevo esta veterana de lo que comenzaba tardíamente a llamarse farándula.


Nadie ha querido asumir que esta tendencia de hablar trivialidades, romances y picanterías del comportamiento humano en los medios , no es porque sea un síntoma mundial. Este periodismo que se basa en trascendidos, fuentes y chismes y que oculta problemas de peso que tenemos como sociedad no es sólo de los últimos años. Viene desde hace décadas ganando su terreno y si hay una que nos pavimentó el camino, les aseguro, fue la señora Raquel.


Y en la sensatez por recuperar la real importancia que debe tener el género femenino en la televisión chilena, la misma estación que la despide hace un rato por embarazarse sin pasar antes por el registro civil, la trae de vuelta por la puerta delantera. Tomando en cuenta el delicado estado de salud de la Vivi Kreutzberger, se torna imperioso potenciar la asertiva producción de estelares en canal trece y lógico, con la presencia de la figura que más noticias genera. Si van a seguir cometiendo el error de mantener a la Cecilia Bolocco en la banca, lo más cercano al éxito seguro sería traerse a la Patricia Maldonado y realizar por primera vez una producción prime como siempre debió ser: Conducido por dos tremendas mujeres. Basta ya de tantas oportunidades que han tenido los hombres. Suficiente.

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Publicado a las 11:37:50

Saludos
Rodrigo González Fernández
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