Los chilenos ya no solo le están pasando factura a la lacra política de la Concertación y la Alianza por Chile, por su demagogia, populismos, mentiras y falsas promesas. Si no que además el 62,1% se encuentra profundamente decepcionado con la elite política que cogobierna el país.
Pero esta no es la primera investigación o encuesta que revela el gran desencanto y aversión que sienten los chilenos hacia la elite política que cogobierna el país, en anteriores informes relacionados con esta temática siempre los políticos de la Concertación y la Alianza por Chile son vapuleados por la opinión del ciudadano común y corriente.
Clase política que se ha caracterizado por ejercer su labor al margen de los grandes problemas que padecen la gran mayoría de los chilenos, y cuyo origen está en el modelo económico vigente, la Constitución heredada de la dictadura y la existencia de un sistema electoral antidemocrático, que impide una representación real de todo el espectro político existente en el país, es más, el 15% de los electores no cuenta con representación parlamentaria.
De allí que no es raro que los chilenos observen que las agrupaciones políticas no representan la defensa de sus intereses reales y del propio país. A menudo la casta política en el poder es asociada con el tráfico de influencias, la corrupción, el oportunismo, el arribismo político, el enriquecimiento ilícito, las ambiciones de poder y la carrera política.
De acuerdo a un estudio realizado por una de las universidades privadas del país creada por los herederos de la dictadura, se resalta que el conglomerado político de gobierno, conocido como Concertación por la democracia, ha bajado a un 25,4% de aprobación a su gestión, anteriormente contaba con un respaldo del 39,1%. Lo que nos indica claramente, que desde los diversos sectores sociales que han votado por esta coalición se viene observando un alejamiento y una gran decepción por la gestión que han desarrollado hasta ahora, pues la gente esperaba más y que sus promesas electorales se hicieran carne en los sectores más golpeados por el modelo económico de la dictadura, y que ellos han administrado perfectamente bien, siempre en beneficio de los grandes empresario, las trasnacionales y la oligarquía económica y financiera del país, cuestión que además es claramente percibida por la gran mayoría de los chilenos.
Durante más de 17 años de gobiernos de la Concertación, estos no le han tocado un solo peso a quienes controlan la economía y la riqueza nacional. Vale decir la clase dominante del país, la que sigue obteniendo fabulosas ganancias, sigue lucrando con la obtención de su riqueza a costa del esfuerzo de la gran mayoría de los chilenos. Mientras que para la clase trabajadora, los sectores populares y las capas medias empobrecidas, solo han conocido de injusticia y desigualdades sociales, de ingresos de sobre vivencia, altamente endeudados y sin perspectivas de futuro, y menos de solución a sus problemas reales.
La caída en el apoyo al gobierno de Michelle Bachelet, no solo obedece al desacierto de la fracasada implementación del nuevo sistema de buses de la ciudad capital, conocido como Transantiago, si no que también esta ligado profundamente a la no solución de los problemas más candentes de los chilenos, en el plano de los ingresos, el pésimo servicio público de salud, el lucro en el ámbito de la educación, los problemas de vivienda, las pensiones miserables que perciben la mayoría de los jubilados del país, el crecimiento de la delincuencia, criminalidad, el narcotráfico, todo por obra y gracia del neoliberalismo imperante en el país.
La casta política de la Concertación y la Alianza por Chile, cada vez más, es percibida por los habitantes del país como los guardianes, testaferros y lacayos, de quienes tienen y controlan el poder del dinero, y no como servidores públicos, los cuales por lo demás se encuentran muy lejos de la gente.
En el estudio de la Universidad Diego Portales se revela además, que los chilenos están muy descontentos con la gestión gubernamental desarrollado hasta ahora por una fémina y no quisieran que en el próximo periodos presidencial el país vuelva hacer conducido por una mujer. Al margen de la dosis de machismo que pueda haber en esta apreciación, lo cierto es que en plano de la solución de los problemas reales de los chilenos, hasta ahora la presidenta Bachelet ha desarrollado una política continuista en el plano económico y soluciones de parche ante los padecimientos que tiene que enfrentar el común de los chilenos.
La gran mayoría de los chilenos, quisieran sentir y vivir los cambios, como en el caso del pueblo venezolano, sin embargo la actual gestión gubernamental no ha pasado mas haya de puras palabrerías y falsas promesas. De allí que el 54,6% no quiere volver a tener una presidenta mujer, al 32% le importa un huevo quien sea presidente y solo el 9,2% quiere volver a tener una mujer como presidenta.
En la evaluación a los conglomerados políticos, tanto la Concertación como Alianza registran bajas en sus índices de aprobación. El oficialismo desciende de un 39,1 a un 25,4%, mientras que la derecha de un 22.6 a un 19,3%. O sea tanto la Concertación como el pinochetismo representado por la UDI-RN se ven afectados notablemente por el desenfadó de la gente.
Ahora cuando los dos conglomerados políticos que denominan la escena política nacional, se ven enfrentados a la mediocridad política, las rencillas internas, el faranduleo, el circo-show, los escándalos de diversos tipos, además de desarrollar su actividad de espaldas a la gente, sin duda que ello influye de manera significativa en la percepción que tiene la gente del mundo político, lo que en términos generales tiene consecuencias en el profundo desprestigio en que se encuentra sumida la dirigencia política y sus respectivas organizaciones, cuestión que además salpica hacia los altos cargos de gobierno de la administración Bachelet.
Finalmente lo que se desprende del informe de esta universidad privada, que en lo ideológico tiene un carácter de derecha, es que los chilenos están descontento con el modelo económico imperante implantado por la dictadura, con la casta política que cogobierna el país y con la grandes insatisfacciones que viven en el día a día los chilenos.
Entre dictadura y Concertación han pasado más de 34 años, y los sostenedores de la política económica del régimen militar y de toda su institucionalidad política, todavía siguen hablando de derrotar la pobreza y de que estamos a punto de alcanzar la meta de país desarrollado
como dicen los jóvenes chilenos
y ahondé la viste ?
A pesar de las "gárgaras de los éxitos económicos", la mafia política del país, los "tontos útiles" de siempre está más preocupada de materias intrascendentes, que poco o nada preocupa al común de los chilenos. O cual testaferros y lacayos del Imperio y del órgano oficial de la CIA en Chile, el diario golpista El Mercurio, se suman a las campañas orquestadas en contra de los gobiernos de Hugo Chávez, de Cuba, de Bolivia y Ecuador, y según el estado de ánimo lo hacen también en contra de Argentina o Brasil. Por ello no es raro que la gran mayoría de los chilenos ya no esté ni ahí con el lumpem político de la Concertación y la Alianza por Chile, que por años llevan usufructuando del país al servicio de la clase dominante.
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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